La idea se concibió en 2010 por parte de una familia de tradición emprendedora que supo ver el cambio cultural en los hábitos de consumo de la población española, afectada en ese momento por la difícil situación económica coyuntural y su renovada sensibilidad hacia el medio ambiente.
En las tiendas de Mi Segunda Manita se busca incentivar el ahorro de la economía familiar al vender los artículos que los hijos ya no necesitan, la ganancia es múltiple. Las familias recuperan parte de la inversión inicial realizada, ahorran espacio en sus casas, se comprometen con el medio ambiente reciclando artículos todavía en buen estado y ayudan a que otras familias los re-estrenen por un precio muy ventajoso.