Septiembre de 2018. La presidenta de la AEF, Luisa Mauset, analiza las claves del éxito de este modelo de negocio que cuenta con miles de enseña instaladas ya en España.

¿Cómo afronta su llegada a la presidencia de la AEF?

La afronto con ilusión y con ganas de continuar la importante labor desarrollada por mi predecesor en el cargo, Xavier Vallhonrat a quien le estoy muy agradecida por el trabajo realizado durante 22 años al frente de la AEF y del que he aprendido mucho. Soy consciente del reto que supone presidir una asociación como la AEF, y me siento con fuerzas y motivada para asumir esta nueva responsabilidad.

Lo más importante es consolidar y avanzar en todo lo logrado hasta la fecha, enfocando nuestro trabajo, no solo para beneficiar a todos nuestros socios, sino también para defender un sistema de negocio como el de la franquicia, que se va haciendo su propio hueco en la economía nacional, y ello significa ir integrando también a los franquiciados, que son los que, en definitiva, están al frente de los negocios en su ejecución.

Creo que el sistema de franquicias ha avanzado mucho en todos los aspectos y hoy en día es una de las primeras opciones que se contemplan por parte de aquellas personas que quieren tener un negocio propio. En el tema de financiación, hace un par de años que los bancos han reducido su nivel de exigencia y vuelven a concederla; el perfil de los franquiciados ha cambiado mucho y actualmente son personas más preparadas y mejor formadas quienes se acercan al mundo de la franquicia… En el único aspecto en el que creo que debemos seguir trabajando más insistentemente es en el de continuar trasladando todas las ventajas y los valores añadidos que ofrece la franquicia, tanto a las distintas administraciones e instituciones como a quienes van a convertirse en empresarios franquiciados.

La evolución del sistema de franquicias en España es más que evidente, no solo por los datos estadísticos, que ofrecen crecimientos en todas las variables donde los últimos cuatro años (número de redes, establecimientos abiertos, empleos generados y facturación), sino también, y mucho más relevante, porque ya es un modelo de negocio que se tiene en cuenta por parte de ayuntamientos, cámaras de comercio, consejerías de economía, ministerios… que organizan jornadas, conjuntamente con la AEF, para trasladar los beneficios de la franquicia, lo que permite que hoy sea un sistema de negocio consolidado y maduro.

Es una de las opciones, pero la franquicia ofrece una ventaja clara: es un sistema que minimiza los riesgos a la hora de convertirse en empresario (se alía con una marca reconocida y, por tanto, se le permite “usar” esa marca, y al mismo tiempo recibe formación y asistencia continuada para desarrollar su negocio. Por las estadísticas que tenemos, queda probado que el índice de supervivencia de un negocio franquiciado es mayor que el de un negocio por cuenta propia, por los apoyos iniciales y continuos que ofrece el franquiciador, de ahí que crezca el interés de emprendedores e inversores de formar parte del mundo de la franquicia.