Recién aterrizada en el mercado español, la enseña busca un perfil de franquiciado emprendedor con gusto por la restauración. "Es ideal tanto para autoempleo, ya que es un negocio rentable y sencillo de gestionar, como para inversión, especialmente para aquellos con capacidad para abrir varias unidades", destacan desde la central.
Asimismo, la firma añade que su producto seduce a todo tipo de perfiles. "En Francia se pueden encontrar comerciales, restauradores, contables, empresarios, periodistas, comerciantes, desempleados, panaderos, secretarias, empleados de banca, peluqueros, especialistas en comida preparada, informáticos.... De entre 22 y 57 años".
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En el plano económico, la compañía cuenta con acuerdo con entidades bancarias para facilitar la financiación a los futuros asociados, entre ellos Cajamar, Sabadell y BBVA. Del mismo modo, el franquiciado deberá aportar al menos el 40% del montante inicial con recursos propios. Por otro lado, se estima que el tiempo estimado de retorno de la inversión es de 24 meses.
Si nos detenemos en el apoyo de la central a los integrantes de su red, "cada afiliado, propietario exclusivo de su punto de venta, es autónomo, pero disfruta de un acompañamiento constante del responsable de su zona geográfica, lo que se traduce en ayuda a la promoción del punto de venta, consejos sobre fidelización de la clientela, puesta a disposición de herramientas de comunicación por Internet… Todo lo necesario, en definitiva, para emprender con plenas garantías".
Por último, indicar que, para poner en marcha un kiosco, es necesario una inversión aproximada de 109.900 euros, a los que se sumará la obra de instalación, que oscila entre 10.000 y 12.000 euros. "El afiliado tan sólo ha de comprometerse a comprar los ingredientes base de la pizza (mezcla de harinas, salsa de tomate, mezcla de quesos y jamón cocido), además de las cajas para las pizzas y la vestimenta del personal".